Lamentablemente, los problemas de cadera y articulaciones son bastante comunes en perros de todas las razas, tamaños y edades. Entendemos lo triste y alarmante que es para los dueños de mascotas de todo el mundo ver a su perro, que antes era enérgico y vivaz, luchar por hacer cosas que antes hacía sin ningún problema, como saltar al sofá o jugar con los niños.
Existen dos categorías principales de problemas articulares a los que son propensos los perros: degenerativos y de desarrollo. Los problemas degenerativos son aquellos como la osteoartritis, que se desarrolla con el tiempo a menudo debido al desgaste y el estrés. Los problemas de desarrollo, por otro lado, incluyen casos como la displasia de cadera. La displasia de cadera se produce cuando la articulación esférica de la cadera no encaja correctamente y, por lo tanto, en lugar de deslizarse suavemente una sobre la otra cuando el perro está activo, se frotan y rechinan, deteriorándose con el tiempo y provocando una posible pérdida de función.
Razas más propensas a sufrir problemas articulares:
Lamentablemente, los problemas en las articulaciones y la cadera son más frecuentes en las razas de perros más grandes, ya que el mayor tamaño y peso pueden generar mayor tensión en las articulaciones. Sin embargo, las mascotas de todos los tamaños pueden sufrir estas afecciones.
Entre las razas de perros que son más susceptibles al dolor de cadera y articulaciones se encuentran:
- Rottweiler
- Pastor alemán
- Perro perdiguero dorado
- Labrador retriever
- Gran Danés
- San Bernardo
- Mastín
- Perro tejonero
- Malamute de Alaska
- Terranova
- Samoyedo
Factores como tener un índice de masa corporal (IMC) más alto o un torso más largo también pueden poner a un perro en mayor riesgo de desarrollar afecciones en la cadera y las articulaciones.
Condiciones comunes que experimentan los perros:
Osteoartritis:
La osteoartritis, también conocida como enfermedad articular degenerativa (EDA), se produce cuando el cartílago que rodea las articulaciones se deteriora de forma permanente. Es causada por el desgaste natural de las articulaciones. Debido a la naturaleza de la enfermedad, los perros mayores suelen tener un mayor riesgo de sufrir osteoartritis.
Displasia de cadera:
La displasia de cadera es, por desgracia, bastante común en los perros. Se trata de una afección esquelética en la que la cavidad de la cadera del perro está formada de forma incorrecta. Como resultado, el hueso no encaja correctamente en la cavidad, lo que provoca inflamación, irritación y dolor por el roce. Este roce puede desgastar la articulación de forma significativa y provocar daños graves en la misma, llegando incluso a causar afecciones como la artritis.
La displasia de cadera se observa a menudo en pastores alemanes, golden retrievers, terranovas y labradores, aunque cualquier raza de perro puede verse afectada. La afección se considera genética y se transmite de padres a hijos. Si va a comprar un perro de una raza específica, especialmente aquellas razas que son propensas a la displasia de cadera, es imprescindible consultar con el criador sobre la salud de los padres.
Aunque la displasia de cadera se considera genética, factores como los niveles insuficientes de ejercicio y la obesidad pueden provocar una aparición más temprana de la enfermedad. Aunque la displasia de cadera es más común en perros mayores y suele estar relacionada con el proceso de envejecimiento, en realidad puede observarse en perros de todas las edades.
Síntomas del dolor articular:
- Favorecer una pierna sobre la otra
- Cojeando
- Dificultad para acostarse
- Dificultad para levantarse de la posición acostada
- Problemas para subir las escaleras
- Problemas para saltar
- Articulaciones inflamadas
- Moviéndose más lento
- Rigidez
- Conejito saltando mientras corre
- Mostrar dificultad para realizar movimientos o actividades comunes
- No dispuesto a caminar
- Dificultad para saltar al vehículo
- Lamido obsesivo de la zona articular
- Sonido audible de crujido o estallido en la articulación
- Quejido o lloriqueo
- Tener accidentes en la casa
- Jadeo excesivo
- Irritación o depresión
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